Re-descubriendo a la diseñarora Ray Eames

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Hay muchos casos en la historia, en los que, de una pareja de artistas, la mujer ha quedado relegada a un segundo plano. Podríamos citar el trágico final de Camille Claudel, cuyo talento quedó oculto a la sombra August Rodan. Claudel fue modelo, amante y musa durante de él durante 15 años.

Pero este no es el caso de la diseñadora contemporánea Ray Eames, a quien haremos honor en esta entrega. Ray, fue primero pintora y después diseñadora, además de una artista abstracta antes de convertirse en la otra mitad de una de las parejas más creativas del siglo XX. Ray Eames y aquí dejamos cinco razones para redescubrirla.

«Cualquier cosa que yo haga, Ray puede hacerla mejor», dijo Charles sobre su mujer, Ray Eames, la diseñadora americana que individualizamos esta semana por muchas razones. Y es que esta mujer suave, tímida, que nunca tuvo problema en dejarle a su marido el protagonismo, fue una incansable trabajadora que se negó a seguir el tándem esposa-madre-ama de casa de la época. La conocida historiadora Pat Kirkham, que la entrevistó en sus últimos años de vida, escribió: “Le molestaba mucho cuando la gente decía ‘Ray diseñó estos taburetes’ porque eso significaba que no había estado involucrada en otras piezas cuando todo era trabajo conjunto. Constantemente volvía a eso. Todo lo que hicieron lo hicieron juntos».

La infancia de Ray ya vaticinaba un futuro distinto

Ray nació en Sacramento, California, en 1911. En realidad se llamaba Bernice Kaiser y su padre era un judío no practicante muy poco convencional que dirigía un teatro de vaudeville en la ciudad y que, con el tiempo, tuvo que dedicarse a vender seguros para mantener a la familia. En aquel entorno creativo, la niña, a la que apodaban Ray Ray, en seguida descubrió su pasión por construir marionetas y dibujar. En el Instituto decoraba los escenarios de la Escuela de Baile y formaba parte del Club de Arte, como tantas otras niñas. Pero ella no se quedó ahí.

Fue una magnífica pintora abstracta

Tras graduarse, estudió en el May Friend Bennett Women’s College de Millbrook, en el estado de Nueva York, antes de mudarse a Manhattan para seguir aprendiendo a pintar con Hans Hofmann, su mentor, que la introdujo en el arte expresionista abstracto. Con apenas 25 años, en 1936, fue una de las fundadora del influyente grupo American Abstract Artists junto a la que sería una de sus mejores amigas durante el resto de su vida, Lee Krasner, y tuvo la oportunidad exponer sus obras un año después en el Riverside Museum de Nueva York. Por desgracia gran parte de sus trabajos se perdieron, aunque los que sobrevivieron se pueden ver en el MoMa y el MET de la ciudad que nunca duerme.

Se enamoró del diseño antes que de Charles

A finales de los años 30, cuando vivía sola en Nueva York dedicada a su pintura, su madre se puso gravemente enferma y lo dejó todo para volver a California a cuidarla. Cuando murió, en 1940, un amigo arquitecto le dio la idea de estudiar en la Cranbrook Academy of Art en Michigan, donde expandió su conocimiento sobre otros campos creativos y conoció y trabajó con diseñadores como Harry Bertoia, Eero Saarinen y el mejor amigo de este último, Charles Eames, que fue su profesor. Y eso, el descubrimiento de nuevos materiales, le cambió la vida. También, por supuesto, el apuesto docente, alto, anguloso, con un aire a Henry Fonda (describe la periodista del New York Times Jennifer Schuessler), pero también casado y con un niño pequeño en su mochila vital. Ella ya tenía 30 años y él apenas 5 más pero el flechazo debió de ser intenso porque cuando se separaron él le escribía cartas como esta: “Lo de convertirnos en personas idealizadas en la mente el uno del otro no es nada bueno”. Y también: «Tenemos que vernos pronto».

Revolucionó el diseño en los años 50 y 60

Hay veces que ellos sí dejan a su mujer y esta fue una de esas historias de amor con final feliz, al menos para la pareja. En 1941 Charles se divorció y se trasladó a California para casarse con Ray y formar el dúo creativo más importante de la historia del diseño. Suyas son (a medias, de los dos) las sillas (tenían debilidad por ellas) más icónicas del design, como la DAR, la DSR, la DSX, la DAW, la DAX, la increíble Lounge Chair de madera y cuero, su perchero Hang it All, tan ampliamente copiado, su maravilloso elefante para niños, su radio, su pajarito-escultura, su Wire Chair enteramente de metal, su uso del plástico para democratizar costos… La lista es infinita y por suerte en su gran mayoría disponible en Vitra.

Sus piezas son algunas de las más versionadas, por no decir plagiadas, del planeta. En 1949, por si sus logros no fueran suficientes, bocetaron sus dos Case Study Houses gracias a la revista Arts & Architecture, donde Ray, incansable, trabajaba además como ilustradora de portadas. Una la imaginaron para el arquitecto John Entenza pero la otra es su icónica Eames House, al lado del Pacífico, en California, donde discurrieron las últimas décadas de sus vidas y donde filmaron decenas de películas. “The best for the most for the least». Ese fue su lema: «Lo mejor para la mayoría por lo mínimo».

Supo elegir pareja

Al contrario que otros arquitectos y diseñadores de la época, que ocultaron o ningunearon y hasta torpedearon las carreras de sus mujeres, como fue el caso de Nanda Vigo y su pareja, el artista Piero Manzoni, Charles Eames siempre reivindicó el trabajo conjunto con Ray. Aunque hablaba él y salía él, utilizaba los pronombres «nosotros», los verbos en plural y la mayoría de los retratos que se conocen del diseñador los comparte con ella. «Una alianza equitativa y total», así describió su colaboración con su esposa. Más bien parece que fue ella la que prefería estar en la sombra. “No es lo mismo cuando yo hablo”, dijo en una entrevista en 1977. “Charles tiene una manera de explicar las cosas que hace que la gente le preste atención”. Por supuesto la teoría feminista ha explicado ampliamente el porqué de su actitud, pero el caso es que la complicidad de los Eames nunca se resquebrajó y que juntos se marcaron unos cuantos hitos del diseño que forman parte de nuestra conciencia cultural compartida. Ray murió en 1988 justamente diez años después de que lo hiciera Charles.

Mercadeo Modusistema con información de A+D España

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